A propósito de la ley de Portabilidad Numérica que entrará en vigencia a partir del 30 de septiembre de 2009, podremos retener el mismo número fijo o de móvil y cambiar de empresa telefónica.
Nací con cuatro dígitos, crecí con cinco, luego con siete y finalmente vivo con nueve. Mis padres nunca cambiaron de compañía, a pesar de los pesares por ser un nexo que les ata con los que están lejos, por ser una especie de "número de cédula familiar" que les identifica, porque los amigos que se fueron lejos regresan y nos encuentran sin tener que buscar en la guía telefónica al sólo recuerdo de aquellos últimos cuatro dígitos acompañados de "con el 2...". Ahora mis padres están como "caballo en gatera", esperando que se abra la portabilidad para hacer lo que no pudieron en cuarenta y tantos años. Se acabó el "si quiere lo coge, o si no, lo deja".
Me río interiormente al imaginarme a Goliat temblando ante la amenaza de miles de David que se enfrentan a él.
